Explotación Agropecuaria “Defensa”
10 de enero de 2015

Este es un artículo publicado en el diario El Popular el Domingo 21 de Noviembre de 2004 , lo vuelvo a repetir así de esta forma en un futuro al salir en mi pagina de internet www.historiasdelamadrid.com.ar estará en un folleto.—

Es otro en la lista de los establecimientos agropecuarios más antiguos de la región.- Debo confesar que en mi requerimiento de datos a la Sra. Elena Antonieta Lafontaine de Pérez Gini fue tan explicito que poco debí agregar a sus palabras.—

Defensa surge por un Fortín que estaba en la línea que partía desde el Fuerte Lavalle (San Quilcó) y continuaba por Aldecoa, Defensa, Necochea, Libertad y La Madrid.- Esta es la Historia :

Todo individuo, lugar u objeto debe tener su propia historia que le otorgue identidad, para poder dejar testimonio de su existencia.- La historia del establecimiento “Defensa” o “ La Defensa” o “Fortín Defensa” se inscribe con el esfuerzo de una familia de inmigrantes franceses, llegados de la privilegiada región del Bearne (Bajos Pirineos) en la penúltima década del siglo XIX.-

Sus integrantes. Futuros compradores de tierras en el país que los recibiera como a hijos propios, se establecieron en la zona rural de Arroyo de los Huesos, en la localidad de Azul, con un almacén de Ramos Generales y panadería que llamaron “El Progreso “.—Trabajaron dura y empeñosamente y aunaron esfuerzos y capital que les permitieron adquirir campos en distintos puntos del centro de la provincia.-

La tierra valía poco en ese tiempo y había que mejorarla; por eso los hermanos Lafontaine se consagraron a fundar poco a poco y apoyados ahora por sus hijos y yernos, estancias importantes en extensión y progreso.- Así se formó la sociedad “Lafontaine Hnos.”.-

Pero todos estos proyectos e ideas, llevado a cabo con acierto, nacieron indudablemente de Pedro Lafontaine, hermano de Andrés, que fue el primero en llegar a la Argentina en 1873.Con una clara visión de futuro, llamó a su familia, que acudió para instalarse en el lugar elegido.-

Por ser grande el árbol genealógico nombraremos de esa generación solamente a Andrés.-

Su matrimonio con María Mesplatere floreció en ocho vástagos : siete nacidos en Francia y el último en la Argentina.- Cuatro varones y cuatro mujeres de los cuales nos ocuparemos solo de JUAN LUIS, padre a su vez de cuatro hijos, entre ellos ELENA ANTONIETA, actual propietaria de “ Defensa”.-

Por ser el mayor de los varones a Juan Luis le tocó ,siendo aún muy joven, la conducción de algunos campos ,comprados y explotados primero en el distante territorio de Neuquén y luego, al comienzo del siglo XX, de los de Buenos Aires, vecinos de la estación Las Martinetas , que ya existía en ese entonces.-

(Guía de Campaña Nº 3 –Año 1890- de Gral.La Madrid)
Juan Luis Lafontaine conduce 90 animales yeguarizos a Neuquén.-

Fueron tiempos difíciles para él.- Después de establecerse, con espíritu indudablemente aventurero y durante casi veinte años, en el agreste y hostil territorio neuquino, fue llamado por su tío Pedro para encargarle la administración de otros campos de Buenos Aires.-

Estas fueron fracciones relativamente pequeñas, donde se levantó una modestísima construcción de ladrillos.- La casa primitiva era abierta con una verja de entrada y el aljibe en medio del patio, donde asomaban las puertas de unas pocas habitaciones que daban a una estrecha galería.- Pequeñas columnas sostenían el techo de media-gua.- Las ventanas, altas y enrejadas, parecían otear el horizonte como si aún esperaran el asalto del malón.- En uno de los cuartos se abría el escotillón de un sótano que guardaba en su frescura los jamones, la factura de cerdo entre grasa blanca y envasada en grandes tambores, y los toneles de vino que procedían de Francia.-

En la antigua construcción, donde algunas de sus paredes asentadas sobre barro con un espesor de casi ochenta centímetros aún desafían al tiempo, se siente el calor de aquellos que la habitaron y el recuerdo de sus proyectos y sueños que con tesón y sacrificio llevaron a cabo.-

Allí no había lujo, apenas las condiciones primordiales, porque sólo era un lugar de trabajo donde su dueño en cada viaje de tren descendía en la modesta estación que se llamaba- y se llama- “Las Martinetas”.-

don JUAN LUIS LAFONTAINE

Don Juan Luis Lafontaine, (como lo nombraban sus subalternos), hacía el trayecto hasta la estancia en sulky, y cuando llovía llegaba con las botas endurecidas de barro y el grueso poncho chorreando agua .- Pero ¿qué era para él, que había pasado hasta tormentas de nieve en los estrechos desfiladeros del Neuquén, el pequeño contratiempo de una lluvia?

Juan Mousist, el encargado de la estancia, lo acompañaba hasta la casa, donde nunca le faltó la cena abundante o la cama limpia, tendida por la solicitud de la esposa o de las hijas del encargado. Cuando murió don Juan Luis, su hijo mayor, Daniel, se ocupó de comprar o intercambiar las fracciones separadas - propiedad de sus tíos- para nuclearlas con las parcelas heredadas por la propietaria actual de su padre y de sus tíos, María Antonieta y León Francisco. Que no habían tenido descendencia. Después de las compras e intercambios efectuados por Daniel Lafontaine a favor de su hermana, la disposición del campo adquirió su fisonomía actual.-

Cuando la sociedad formada por los cuatro hijos de don Juan Luis se disolvió, la administración de “Defensa” fue llevada por más de treinta y cinco años por Angel Armando Pérez Gini, cónyuge de Elena Antonieta.—

El se encargó de reciclar a construcción y hacerla más confortable. La casa se amplió, se bajaron techos, se modernizaron puertas y ventanas, se hicieron más piezas para el personal, más galpones y aguadas.—El parque se enriqueció con nuevas variedades de plantas y el espacio verde del césped se extendió hasta la larga avenida de casuarinas y eucaliptos que llega a una de las entradas.-

Desde el hall de la casa se alcanza a ver el viejo y ahora falso aljibe, que se trasladó como una reliquia y por cuyas rejas afiligranadas se abrazan las hojas de una enredadera.-

Del chalet hasta la ruta se trazó un camino directo para obviar tranqueras, y la entrada principal del campo se cerró con dos tranquerones blancos entre dos paredes bajas, ornamentadas con artísticas rejas pertenecientes a la estancia primitiva.- El campo también posee dos pistas de aterrizaje que en su momento le dieron una perspectiva más moderna al establecimiento. Tres generaciones habían trabajado en hacer de la estancia lo que es en el presente.—

Hoy, el histórico ”Fortín Defensa” o “La Defensa” lugar de asentamiento de uno de aquellos heroicos fortines que sirvieron de avanzada en la conquista del desierto, ha pasado a ser simplemente “Defensa”, una estancia discreta donde el fiel personal y su joven administradora actual, Marina Antonieta Pérez Lafontaine, tratan de producir lo mejor, en medio de los contratiempos e imprevistos que suelen hacer más dura la existencia del hombre de campo.-

JULIO 2012

ALFREDO E.CHISTE

alfredoestebanchiste@yahoo.com.ar

http://www.historiasdelamadrid.com.ar

P.D.

TAPA DEL LIBRO “QUIJOTES DE PONCHO”

Autora: ELENA ANTONIETA LAFONTAINE

Primer Premio Municipal “Ricardo Rojas” (Bs.As.) (Años 1967-69)

El libro fue dedicado a su padre JUAN LUIS LAFONTAINE y de todos aquellos que lo acompañaron, pioneros en zonas olvidadas de nuestro territorio nacional. Se asentó en Trolope, que es un valle cerca de Caviahue (Neuquén).


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