Damián Lestarpe comenzó con los cursos de parapente y se prepara para la “Semana del Cross” que se desarrollará en el próximo mes de enero. Días atrás visitaron General La Madrid pilotos del Conurbano, también de Uruguay y hasta un brasilero. INFOGL habló con ellos sobre cómo es la práctica de la disciplina, la posibilidad de hacer los cursos con el “Flaco” y cómo se sintieron en la ciudad.
El parapente tiene varias particularidades y una de ellas es -cuando se hace en solitario- que todo depende del piloto y la vela por ello algunos de los protagonistas lo comparan con un parto: “una vez que estas arriba es como cortar el cordón umbilical”, indican.
Otra de las variables es la naturaleza y el aire. “Es algo que no manejás y hay que aprender los códigos”, coinciden.
“Constantemente vas dando pasos”, recalcan sobre el deporte y cada uno tiene su propia percepción sobre “los momentos” del vuelo.
Para Gabriela “cada momento es valorado. Los que a mí más me gustan es cuando estoy en térmica, cuando estoy girando y lucha la vela y yo para subir”.
“Volar siempre es un desafío y yo necesito tener eso. He practicado otros deportes y los he dejado porque ya no me representan ese reto, pero no creo que me va a pasar en el parapente porque continuamente está desafiándote el pilotaje porque hay que entender un montón de cosas: las térmicas, el manejo de la vela, despegar y aterrizar bien, saber hacia dónde vas… te tiene todo el tiempo tomando decisiones y lo que pase en el aire depende de ti”, suma Agustín.
La primera vez que alguien vuela en parapente sin dudas se siente algo particular. Lo primero que llama la atención es la rara sensación de no apoyar los pies en algo firme y casi inmediatamente sorprende la inmensidad del aire.
“Yo no volé en biplaza sino que directamente hice el curso de iniciación”, repasa José Luis y recuerda que “en ese primer intento no me fue bien por los nervios, la presión porque a la hora de volar estás solo con la vela”. “Cuando estás arriba tenés todo tipo de emociones entonces tenés que estar atento”, agrega.
“Una vez que estas arriba y te soltás del remolque es como cortar el cordón umbilical”, compara Marina. “A mí me encanta porque en el aire te obligás a estar conectado con el presente y concentrarte en lo que hacés, es como una terapia”, define.
“Qué estás haciendo”, es la pregunta que se repite en todas, o casi, las familias de os pilotos cuando estos anuncian que van a practicar parapente.
“Es difícil que entiendan por el supuesto riesgo y si lo pensás, si andás en moto o bicicleta te pueden pasar cosas… a un parapentista solo lo entiende otro parapentista, es otra cabeza, ni mejor ni peor”, cierran.
Ni Messi ni Maradona, el Flaco
Gabriela es de Vicente López, comenzó a volar hace tres años en la escuela “Alto Valle Parapente”. “Hay que vivenciar para aprender”, sostiene y subraya que “es muy importante encontrarte con maestros del vuelo que puedan transmitirte los secretos, los tips, las técnicas”. En ese marco muestra agradecimiento con Damián Lestarpe “que en los cursos te aporta mucho y te hace vivir experiencias cada vez más ricas, con más seguridad y conocimiento”.
Agustín es de Rocha (Uruguay) y coincide que “en los cursos lo que todos buscamos es el desarrollo personal para mejorar el estilo de vuelo”.
“Yo vuelo desde el año 2017 pero generalmente lo hago con paramotor por lo que soy bastante nuevo en esto del remolque y el vuelo libre así que me llevo mucho. La idea es volver porque además el lugar enamora”, señala.
“Hay cosas que no sabía que existían y Damián me ayudó a entenderlo. La particularidad de este deporte es que podés aprender de los mejores del mundo; a diferencia del fútbol que vos por ahí querés aprender y no vas a poder estar con Messi, acá te encontrás con tipos como Damián con quien podés charlar y te cuenta, y aprendés con uno de los mejores pilotos del mundo, si lo ves así es increíble. Te allana mucho el camino y te transmite toda la información sin problemas, eso lo hace una persona inmensa”, subraya el charrúa.
José Luis es de Olivos. Con tres años de experiencia, subraya que el parapente “es un cable a tierra. Es un deporte serio, donde hay que ser responsable y cuidadoso porque te podés lastimar”.
Del deporte valora “poder encontrar gente que habla del deporte en sí y no charla sobre política, fútbol u otra cosa… acá se habla de volar, de los instrumentos, del clima, los pájaros y qué comemos, eso me atrapa. Poder hacer el curso y estar en un pueblo como este es como un retiro espiritual porque la pasamos bien y aprendemos”.
Al igual que sus compañeros coincide que “Damián (Lestarpe) es una persona que sabe muchísimo, que te brinda un montón de aprendizajes y cosas lindas, y es un montón”.
Marina es la compañera de José Luis y fue la que lo impulsó a volar. “Me llevo un montón y de poco voy avanzando en el pilotaje. Damián es muy generoso en cuanto a la información que brinda y se enfoca en que cada uno pueda mejorar”.
Fabio es brasileño pero hace 5 años que vive en la Argentina, en Paraná (Entre Ríos). “Vine acá por el vuelo pero hay algo que me llama mucho la atención: la persona que es este loco. Hay muchos que vuelan y se creen mucho entonces es complicado tener una buena relación con ellos pero en él encontré a alguien que sabe mucho, que es muy sencillo y se pone muy cercano a vos. Me lo encontré en Río y me dijo ´andá a mi casa´ y yo tenía que venir a La Madrid porque tenía que verlo”, dice sobre cómo conoció al “Flaco”.
“Estamos aprendiendo mucho pero yo valoro mucho más otras cosas”, remarca el carioca/argentino.
“Muito obrigado”
Los visitantes se sorprenden de La Madrid. “Acá todos se conocen y lo conocen. Es muy tranquilo; la gente te saluda… algunos saben que estamos volando y entonces si te encuentran aterrizado en un camino ni siquiera tenés que hacer dedo porque el tipo sabe que estás con el parapente, y te acercan, está buenísimo”, valoran.
La mayoría vuela en espacios reducidos por eso visitar La Madrid “te permite crecer en el deporte”, tal es así que algunos de ellos lograron records personales de distancia y altura.
“Las condiciones que se dan acá son envidiables. Tenés un lugar amplio, no tenés cables, no tenés problemas con el espacio aéreo, no tenés inconvenientes para poder aterrizar porque hay lugares donde llegás y tenés la Policía preguntándote qué hacés”, subrayan.
“Acá ha mucho. Un lugar lindo, condiciones de vuelo y está Damián”, recalcan los protagonistas de la nota.
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