Un equipo de científicos suecos y españoles validó el biomarcador p-tau217 como herramienta de diagnóstico para identificar la posibilidad de desarrollar la enfermedad en sus fases iniciales.
El Alzheimer es la forma más común de demencia, representando entre el 60% y el 70% de los casos a nivel global. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 57 millones de personas viven actualmente con esta enfermedad, y se estima que esa cifra podría trepar a 139 millones para el año 2050. La demencia es un conjunto de trastornos que afectan la memoria, el pensamiento y la capacidad de realizar tareas cotidianas, y el Alzheimer es la principal causa.
En la búsqueda de un diagnóstico más temprano y preciso, un grupo internacional de científicos logró un avance significativo: desarrollar una prueba de sangre que detecta el biomarcador phospho-tau217, clave en el diagnóstico del Alzheimer. El estudio, publicado en la revistaNature Medicine, mostró que esta prueba supera el 90% de precisión y puede realizarse en laboratorios comunes, lo que la hace mucho más accesible y menos invasiva que las técnicas tradicionales como la punción lumbar o el escáner PET.
En el proyecto participaron investigadores del Instituto de Investigación Hospital del Mar, el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), las universidades de Gotemburgo y Lund en Suecia, y la Universidad de Brescia en Italia. El equipo validó un sistema automatizado llamadoLumipulse p-tau217, que permite establecer niveles de riesgo a partir del análisis de una muestra de sangre. Según explicó el doctor Marc Suárez-Calvet, este método permite determinar si una persona necesita o no someterse a pruebas más complejas.
La prueba establece dos puntos de corte en los niveles del biomarcador. Si los niveles de p-tau217 están fuera de ese rango, se puede predecir con mayor certeza si una persona desarrollará la enfermedad o no. En pacientes hospitalizados, la precisión del método es comparable a la de una punción lumbar, aunque su efectividad es algo menor en personas mayores de 80 años o en pacientes de atención primaria. De todas formas, el doctor Suárez-Calvet aclaró que los resultados deben ser siempre interpretados por un neurólogo especializado.
La doctora Federica Anastasi, investigadora del BBRC, destacó que la facilidad de uso de esta prueba permitirá integrarla más fácilmente en la práctica clínica. Por su parte, el doctor Pablo Villoslada, jefe de Neurología del Hospital del Mar, subrayó que esta herramienta podría garantizar un diagnóstico más preciso, precoz y equitativo, mejorando el acceso a la atención médica y los tratamientos.
Además del impacto clínico, la nueva prueba podría generar importantes ahorros económicos: se estima una reducción de entre el 60% y el 81% en los costos de diagnóstico. A pesar del entusiasmo, los autores del estudio advirtieron que serán necesarios más estudios antes de que esta tecnología se implemente de manera rutinaria en todo el sistema de salud. Sin embargo, el avance representa un paso decisivo en la lucha contra una de las enfermedades más desafiantes de nuestro tiempo.
Fuente: La Voz del Pueblo
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